viernes, 21 de junio de 2013

El guardian de la noche



El origen de las gárgolas se remonta a la Edad Media. Su nombre viene del frances "gargouiller"; producir ruido al de un líquido en un tubo.Se utilizaron como desagües y sumideros a través  de los cuales se expulsaba el agua de la lluvia evitando que cayera sobre las paredes y erosionase la piedra. 

Los primeros ejemplos góticos de gárgolas son las que hay en la Catedral de Lyon y las de Notre Dame de París. Entre las numerosas que pueblan los edificios medievales no se han podido encontrar dos iguales, demostrando la extraordinaria imaginación de sus creadores. Las figuras eran intencionadamente grotescas y su función era la de guardar el templo y atemorizar a los pecadores.

Fotografía captada en la Catedral de Burgos.

jueves, 6 de junio de 2013

La una y cuarto



Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender. Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes y los frutos tienen una forma de caerse en la mitad. Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. 
Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.  Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno es realmente fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende ... y así cada día. Con el tiempo aprendes que estar con alguien, porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo comprenderás que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad. Con el tiempo te das cuenta de que si estás con una persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
Con el tiempo aprenderás que los verdaderos amigos son contados y que quien no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de falsas amistades.
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en momentos de ira siguen hiriendo durante toda la vida. Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es atributo sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, es muy probable que la amistad jamás sea igual. Con el tiempo te das cuenta que aun siendo feliz con tus amigos, lloras por aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible. Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá multiplicadas las mismas humillaciones o desprecios. Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el sendero del mañana no existe. Con el tiempo comprenderás que apresurar las cosas y forzarlas a que pasen, ocasiona que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añoraras a los que se marcharon.

Con el tiempo aprenderás a perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, pues ante una tumba, ya no tiene sentido. Pero desgraciadamente, solo con el tiempo ...

Jorge Luis Borges