Oteando

Con el cielo cubierto de nubes,
despego desde mi atalaya,
para volar sobre tí.

Obrera

Un dia las hormigas, pueblo progresista, inventan el vegetal artificial. Es una papilla fría y con sabor a hojalata. Pero al menos la releva de la necesidad de salir fuera de los hormigueros en procura de vegetales naturales. Así se salvan del fuego, del veneno, de las nubes insecticidas. Como el número de hormigas es una cifra que tiende constantemente a crecer, al cabo de un tiempo hay tantas hormigas bajotierra que es preciso ampliar los hormigueros. Las galerias se expanden, se entrecruzan, terminan por confundirse en un solo Gran Hormiguero bajo la dirección de una sola Gran Hormiga. Por la dudas, las salidas al exterior son tapiadas a cal y canto. Se suceden las generaciones. Como nunca han franqueado los límites del gran hormiguero, incurren en el error de lógica de identificarlo con el Gran Universo. Pero cierta vez una hormiga se extravía por unos corredores en ruinas, distingue una luz lejana, unos destellos, se aproxima y descubre una boca de salida cuya clausura se ha desmoronado. Con el corazón palpitante, la hormiga sale a la superficie de la tierra. Ve una mañana. Ve un jardín. Ve tallos, hojas, yemas, brotes, pétalos, estambres, rocío. Ve una rosa amarilla. Todos sus instintos despiertan bruscamente. Se avalanza sobre las plantas y empieza a talar, a cortar y a comer. Se da un atracón. Después, relamiendose, decide volver al Gran Hormiguero con la noticia. Busca a sus hermanas, trata de explicarles lo que ha visto, grita: "Arriba ... luz ... jardín ... hojas ... verde ... flores..." Las demas hormigas no comprenden una sola palabra de aquel lenguaje delirante, creen que la hormiga ha enloquecido y la matan.

Escrito por Pavel Vodnik un dia antes de suicidarse. El texto de la fabula aparecio en el número 12 de la revista Szpilki y le valio a su director, Jerzy Kott, una multa de 100 znacks.



Relato escrito por Marco Denevi (Buenos Aires 1922 - 1998) extraido de su libro Falsificaciones, Editorial Eudeba (1966) 

Nueva Especie

Tiempo de ocio. Me calzo mis botas, cojo mi cámara y me dirigo hacia el bosque. Me introduzco en él y siento en mi cuerpo la suave brisa que sopla del norte, el sonido que esta produce al chocar con las hojas de los arboles, el trinar de la infinidad de pajaros que habitan en él. Cojo el camino de la derecha bordeando el rio y me encuentro con el rastro evidente de un jabalí que ha estado buscando alimento bajo tierra con su dura jeta. Sigo caminando por la senda y me alejo del rio, cuyo ruido no me deja escuchar el sonido del bosque. Abro bien los ojos en busca de la foto del dia. Fotografio la corteza muerta de un roble, el perfil de una hojas, un contraluz aquí, con una flor amarilla intento un macro. Con mi cámara preparada para cualquier sorpresa que me pueda encontrar, sigo disfrutando del paseo ...

... y me encuentro con nuevas especies que poco a poco van poblando los dominios de Pachamama.

Fantasia

Eclosión

Contraste de Primavera

Balcones Madrileños

Plaza Mayor

Puerta del Sol

Cava de San Miguel

Viento de Levante

Atardecer en el Mediterraneo

... que han vertido en tí cien pueblos
de Algeciras a Estambúl,
para que pintes de azul
sus largas noches de invierno...

y te acercas y te vas
después de besar mi aldea ...

jugando con la marea
te vas, pensando en volver.
Eres como una mujer
perfumadita de brea.


Joan Manuel Serrat (trovador del siglo xx)


El Cabo de Gata es una Reserva Natural de 38.000 hectareas terrestes y una franja marítima de una milla de anchura. Esta situada en la provincia de Almeria, al sudoeste de España, con unas playas paradisiacas de origen volcánico.
En ellas, los amantes del submarinismo tienen un auténtico paraiso en que pueden disfrutar con la contemplación de una gran variedad de fauna y flora marítima. Peces de colores, corales, erizos de mar ...
El paisaje de la zona es espectacular. Acantilados de rocas donde rompen las olas, pequeñas calas paradisiacas donde solo se puede llegar por mar, y extensas playas para disfrutar descalzo de atardeceres como el que hoy tenemos en fOtOMiRaDaS.

Dedicado a rAy, seguidor de amaneceres y atardeceres.